Producto muy tradicional de nuestra tierra, elaborado con una picada de carne de la espalda, magro y panceta de cerdo. La mezcla de estas carnes se aliña con sal y pimienta y se embute en una tripa fina. Posteriormente, las piezas se dejan curar entre 20 y 45 días, proceso el en que tiene lugar la fermentación y donde aparecen los hongos que le dan el característico color blanquecino de la piel. Se trata de un embutido ideal para comer a diario, utilizándolo para hacer bocadillos o bien cortado a lonchas finas para un tentempié.