Se trata de un embutido crudo que se elabora con las carnes más nobles del cerdo: carne de espalda y panceta vetada, picadas finamente y aliñadas con sal y pimienta negra. La mezcla resultante se embute en tripa de cerdo fina, quedando así lista para su comercialización. La butifarra fresca es uno de los productos más emblemáticos de nuestra tierra, siendo protagonista de muchos de los platos típicos de la gastronomía catalana: la butifarra con alubias blancas, las cocas «de recapte”, la butifarra con setas, etc. Se suele cocinar a la paella o a la plancha, pero también es un clásico de las barbacoas, hecho a la brasa. Independientemente del medio de cocción, hay quien opta por cortarla por la mitad y cocerla abierta, obteniendo un resultado más crujiente. Es lo que tradicionalmente se conoce como butifarra «esparracada».